Esfera hallada en una quebrada cerca del sitio arqueológico Bolas, en Puntarenas. Ifigenia quintanilla para LN
Libro conserva el rigor científico, pero es accesible a todo tipo de público
Todos los textos son en español e inglés, y cuenta con 86 fotografías
Andrea Solano B.
Su forma circular, casi perfecta, sus dimensiones monumentales y las rocas de gran dureza en que fueron fabricadas hacen de las esferas precolombinas un verdadero enigma de nuestros antepasados indígenas.
Alrededor de estas imponentes esculturas de piedra se han generado muchas especulaciones, la mayoría de ella sin fundamento científico.
La arqueóloga costarricense Ifigenia Quintanilla dedicó 15 años a una rigurosa investigación científica que finalmente sintetizó en el libro Esferas precolombinas de Costa Rica .
Recientemente publicada por los Museos del Banco Central , esta es la obra más completa que existe sobre el tema.
A pesar de que se sustenta en trabajo científico, la estructura del libro y su presentación formal lo hacen accesible a todo público.
“Me esforcé por transmitir la información arqueológica con rigurosidad, pero de manera sencilla y sin hacer ficción”, explicó la arqueóloga, quien actualmente trabaja en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Respuestas. La información está organizada por temas, según las principales dudas que la especialista logró rastrear durante su investigación.
Así, Esferas precolombinas... revela asombrosos hallazgos sobre estas piezas.
Por ejemplo, se descubrieron esferas en lugares atípicos, como la Isla del Caño, lo que indica que debieron ser transportadas por mar y atravesar la difícil desembocadura del río Sierpe.
Las dimensiones de estas gigantescas esculturas son impresionantes, pero la forma de trasladarlas lo es aun más: “A falta de animales como bueyes y rueda, todo el transporte se hizo mediante la fuerza humana.
“Fue un trabajo colectivo que implicó el traslado desde el lugar donde estaban los bloques de piedra naturales hasta donde se instalaron finalmente las esferas”, explicó Quintanillla.
Tampoco es cierto que fueran marcadores de tumbas y siempre se han encontrado junto a otros restos arqueológicos de manufactura indígena.
“En unos casos colocaron una o dos esferas juntas y en otros se agruparon en figuras geométricas”, dijo la arqueóloga.
Se descubrió además que fueron esculpidas directamente en la piedra. Quienes las fabricaron solo contaban con objetos de oro y de cobre, pero son muy blandos y poco aptos para tallar piedra.
La obra de Quintanilla, escrita tanto en español como en inglés, cuenta con 86 fotografías de las imponentes esferas.
Tomado de: http://www.nacion.com/ln_ee/2008/abril/25/aldea1511849.html
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