Restos óseos descubiertos en el yacimiento alavés de Aldaieta. / AGUSTÍN AZKARATE
Los vascones de hace 1.500 años no estaban tan aislados como tradicionalmente se ha sostenido. Mantenían relaciones con otros pueblos de la cornisa cantábrica, tanto hacia la parte franca como hacia Asturias. Un reciente estudio de investigadores de la UPV ha confirmado la existencia entonces de «flujos genéticos» y lo ha hecho gracias al análisis del ADN de los restos óseos encontrados en la década de los años 90 en el yacimiento alavés de Aldaieta, en las cercanías de Nanclares de Gamboa, junto al pantano. Un equipo del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal de la Facultad de Ciencia y Tecnología, dirigido por Concepción de la Rúa, ha estudiado el material genético contenido en huesos y dientes. El trabajo comenzó con la extracción del ADN en todos los individuos y su posterior análisis en los laboratorios. La profesora Neskutz Izagirre explicaba ayer que se han obtenido «resultados fiables y verificables de la población enterrada en Aldaieta», una necrópolis que data de los siglos VI o VII, a partir de la desaparición del Imperio Romano. El yacimiento había sido descubierto y excavado entre 1987 y 1993 por el arqueólogo Agustín Azkárate. Ahora, y en una segunda fase, el análisis se ha centrado en el ADN de las osamentas. «El sustrato genético de la población alavesa de aquel período se enmarca dentro de la variabilidad que presentan los moradores actuales de la cornisa cantábrica y del eje atlántico, lo que indica la existencia de flujo génico entre estos grupos humanos en épocas antiguas», destaca la profesora. «El análisis del ADN implica que desde la antigüedad se dio un intercambio genético, lo que cuestiona ese aislamiento que tradicionalmente se había atribuido a la región», detallaba la portavoz del equipo que ha realizado el estudio, en el que también ha tenido parte muy activa Ainhoa Alzuale.AjuaresLa necrópolis de Aldaieta ya sorprendió a finales de los años 80 porque los enterramientos y los útiles descubiertos entonces -desde hachas hasta ajuares- reflejaban una influencia cultural de los francos, lo que ponía en entredicho el pretendido aislamiento histórico de los pobladores de la zona. Ahora, el estudio del ADN confirma esos planteamientos.Además, se ha comprobado la existencia de relaciones familiares en la necrópolis ya que se han encontrado agrupaciones de individuos pertenecientes al mismo linaje en enterramientos próximos. «Existe también una diferenciación significativa a nivel de género, siendo los hombres los que tienen ajuares más importantes cualitativa y cuantitativamente», concluyen los expertos.
Tomado de: http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080408/alava/hombres-pantano-20080408.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario