La empresa Nerea halla restos de esa cultura al realizar la carta arqueológica de la zona.
Santiago Mata
Madrid. Ceuta fue sin lugar a dudas un asentamiento romano, aunque no se ha sabido con seguridad hasta que la empresa Nerea Arqueología ha realizado unas catas en su puerto para trazar la carta arqueológica submarina de la Ciudad Autónoma. Daniel Florido Esteban, técnico arqueológico de Nerea, afirmaba con cautela para LA GACETA que, de momento, no puede asegurarse que hubiera un puerto romano en Ceuta, pero sí al menos un "punto de atraque". En buena lógica, podría concluirse que Ceuta fue una ciudad romana, pero para probarlo habría que hacer excavaciones en yacimientos terrestres, cosa que hasta ahora no se ha realizado.La elaboración de la carta arqueológica submarina de Ceuta es un primer paso, modesto pero que como se ve ha dado algún sorprendente resultado, del Plan de Protección de Patrimonio Subacuático aprobado por el Gobierno el 30 de noviembre. Según el Ministerio de Cultura, el plan tiene un presupuesto anual de 390.000 euros, poca cosa si se compara con los 600.000 gastados en más de un año de pleitos con la empresa norteamericana Odyssey, presuntamente responsable del expolio del yacimiento submarino (pecio) de la fragata Mercedes.Los cazatesoros valoran en 500 millones de dólares el medio millón de monedas que dicen haber extraído de ese pecio, aunque en la licencia que firmaron para exportarlo desde Gibraltar decían que valía menos de cuatro millones. España no ha demandado al Reino Unido ni a Odyssey por falsedad en documento oficial, y se conforma de momento con reclamar la propiedad de lo expoliado. La iniciativa privada, sin embargo, ha promovido un juicio en la Línea contra Odyssey por expolio. Nerea es una de las partes demandantes. Un mundo por explorarCon 45.000 euros de presupuesto, la carta arqueológica de Ceuta es un primer paso en la protección del patrimonio submarino de la ciudad. A partir de documentación preexistente, de testimonios de marinos y buceadores, y de algunas catas realizadas en los lugares más importantes donde se sabe o sospecha la existencia de pecios, el documento entregado en cuatro tomos al arqueólogo de la ciudad, Fernando Villada, señala las zonas de peligro para la navegación, las zonas de interés arqueológico que se proponen para su protección y particularmente aquéllas que están amenazadas por alguna construcción.La empresa dirigida por el arqueólogo malagueño Javier Noriega registra en la carta ocho nuevos pecios de importancia arqueológica. Dos de ellos son romanos, el yacimiento de San Amaro, que es el más importante porque continúa hasta la época moderna, y el de la dársena del puerto.Además han encontrado dos pecios del siglo XVI: el de un barco portugués en la Piedra del Clavo y otro en la dársena del puerto, que en principio corresponde a otro barco luso. Del siglo XVIII son los pecios franceses en Isleros de Santa Catalina; del XIX son los vapores Melita y María Antonieta, hundidos en los bajos de Susan, y por último en la aguja del Campo se halla el pecio de un carbonero del siglo XIX o XX. Aparte de ellos, se consignan pecios como el Santa Teresa (embarcación militar de transporte del ejército en el siglo XX) y una cantidad notable de hundimientos en la zona de los isleros de Santa Catalina.El hallazgo de "numerosos restos de época romana y musulmana que aparecieron alrededor de la dársena del puerto" sugiere la existencia de "dos posible pecios que se encuentran en el subsuelo del lecho marino".Ahora Nerea prevé proponer a Ceuta estudios más exhaustivos que permitan evaluar la importancia que tuvo la ciudad como puerto, o al menos "punto de atraque" en época romana. Los ceutíes ya saben que tienen dos mil años de historia, y quizá eso ayude en la defensa del patrimonio.
Madrid. Ceuta fue sin lugar a dudas un asentamiento romano, aunque no se ha sabido con seguridad hasta que la empresa Nerea Arqueología ha realizado unas catas en su puerto para trazar la carta arqueológica submarina de la Ciudad Autónoma. Daniel Florido Esteban, técnico arqueológico de Nerea, afirmaba con cautela para LA GACETA que, de momento, no puede asegurarse que hubiera un puerto romano en Ceuta, pero sí al menos un "punto de atraque". En buena lógica, podría concluirse que Ceuta fue una ciudad romana, pero para probarlo habría que hacer excavaciones en yacimientos terrestres, cosa que hasta ahora no se ha realizado.La elaboración de la carta arqueológica submarina de Ceuta es un primer paso, modesto pero que como se ve ha dado algún sorprendente resultado, del Plan de Protección de Patrimonio Subacuático aprobado por el Gobierno el 30 de noviembre. Según el Ministerio de Cultura, el plan tiene un presupuesto anual de 390.000 euros, poca cosa si se compara con los 600.000 gastados en más de un año de pleitos con la empresa norteamericana Odyssey, presuntamente responsable del expolio del yacimiento submarino (pecio) de la fragata Mercedes.Los cazatesoros valoran en 500 millones de dólares el medio millón de monedas que dicen haber extraído de ese pecio, aunque en la licencia que firmaron para exportarlo desde Gibraltar decían que valía menos de cuatro millones. España no ha demandado al Reino Unido ni a Odyssey por falsedad en documento oficial, y se conforma de momento con reclamar la propiedad de lo expoliado. La iniciativa privada, sin embargo, ha promovido un juicio en la Línea contra Odyssey por expolio. Nerea es una de las partes demandantes. Un mundo por explorarCon 45.000 euros de presupuesto, la carta arqueológica de Ceuta es un primer paso en la protección del patrimonio submarino de la ciudad. A partir de documentación preexistente, de testimonios de marinos y buceadores, y de algunas catas realizadas en los lugares más importantes donde se sabe o sospecha la existencia de pecios, el documento entregado en cuatro tomos al arqueólogo de la ciudad, Fernando Villada, señala las zonas de peligro para la navegación, las zonas de interés arqueológico que se proponen para su protección y particularmente aquéllas que están amenazadas por alguna construcción.La empresa dirigida por el arqueólogo malagueño Javier Noriega registra en la carta ocho nuevos pecios de importancia arqueológica. Dos de ellos son romanos, el yacimiento de San Amaro, que es el más importante porque continúa hasta la época moderna, y el de la dársena del puerto.Además han encontrado dos pecios del siglo XVI: el de un barco portugués en la Piedra del Clavo y otro en la dársena del puerto, que en principio corresponde a otro barco luso. Del siglo XVIII son los pecios franceses en Isleros de Santa Catalina; del XIX son los vapores Melita y María Antonieta, hundidos en los bajos de Susan, y por último en la aguja del Campo se halla el pecio de un carbonero del siglo XIX o XX. Aparte de ellos, se consignan pecios como el Santa Teresa (embarcación militar de transporte del ejército en el siglo XX) y una cantidad notable de hundimientos en la zona de los isleros de Santa Catalina.El hallazgo de "numerosos restos de época romana y musulmana que aparecieron alrededor de la dársena del puerto" sugiere la existencia de "dos posible pecios que se encuentran en el subsuelo del lecho marino".Ahora Nerea prevé proponer a Ceuta estudios más exhaustivos que permitan evaluar la importancia que tuvo la ciudad como puerto, o al menos "punto de atraque" en época romana. Los ceutíes ya saben que tienen dos mil años de historia, y quizá eso ayude en la defensa del patrimonio.
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