Además de la gran salina localizada en el solar de Rosalía de Castro, los arqueólogos también hallaron otras estructuras pétreas que pudieron ser utilizadas para el almacenaje de la sal.
Autor de la imagen: FOTOS DE LA CONSELLERÍA DE CULTURA
En la excavación realizada en Rosalía de Castro aparecieron tres suelas de «cáligas» romanas cuya antigüedad oscila entre los 1.800 y los 1.600 años
Autor:
Jorge Lamas
La huella romana en Vigo es un hecho incuestionable. Y más ahora que incluso podemos ver el calzado que la provocó. Son tres suelas de sandalia datadas entre el siglo II y el IV, aparecidas durante la intervención arqueológica dirigida por María Jesús Iglesias Darriba en la unidad de actuación urbanística de Rosalía de Castro II.
La aparición de materiales orgánicos antiguos es muy infrecuente en Galicia debido a la acidez de los suelos, pero en esta ocasión hubo mucha suerte. Las suelas y otros materiales orgánicos, como un tronco de árbol, ramas, semillas de melocotón, cáscaras de nueces y castañas, una fuente de madera y fragmentos de cuero trabajado, quedaron depositados sobre la salina existente en esta zona durante el siglo I. El descenso del nivel del mar y la acción del viento fue consolidando este terreno en unas condiciones adecuadas para la pervivencia de estos materiales, que acabaron siendo fosilizados.
Las suelas de las sandalias todavía permiten ver el claveteado de este calzado usado habitualmente por los soldados romanos. Este tipo de calzado era conocido con el nombre de cáliga y se aseguraba en el propio pie y en el tobillo mediante unas correas. Su suela estaba guarnecida de clavos algo sobresalientes que aseguraban la estabilidad de quien las portaba.
Mote de Calígula
Las cáligas dieron el sobrenombre militar al emperador Calígula, diminutivo de cáligas, algo así como «Sandalitas», que teniendo en cuenta el carácter que se gastaba Cayo Julio César Augusto Germánico, a buen seguro que provocó más de un disgusto entre su tropa.
Este hallazgo quedó documentado en la fase VI del yacimiento, que se corresponde contextualmente con la fosilización de la salina altoimperial y su nivelación de suelos en época tardorromana. Es decir, las suelas localizadas pueden tener entre 1.800 y 1.600 años, un amplio espectro cronológico que no ha podido ser concretado más debido a la ausencia de estructuras pétreas en este estrato.
Los arqueólogos encargados de este trabajo sí localizaron diverso material cerámico. Tanto cerámica común, como de transporte, de construcción y terra sigillata hispánica y gálica.
La intervención arqueológica, que todavía sigue su curso en zonas marginales del yacimiento de Rosalía de Castro, proporcionó hasta ocho estratos diferentes, que recorren el terreno desde un nivel de limos y de arena, hasta la época moderna, aunque la propia arqueóloga en su evaluación reconoce que esta secuencia estratigráfica tiene matizaciones puntuales. La intervención arqueológica fue precedida por unos sondeos realizados a comienzos del año 2006 por el arqueólogo Víctor J. Barbeito Pose.
La campaña comenzó el 3 de julio del 2006, con el desmonte mecánico de los restos contemporáneos, y finalizó el 19 de enero del 2007, después de excavar manualmente 1.160 metros cuadrados, repartidos en dos áreas.
La aparición de materiales orgánicos antiguos es muy infrecuente en Galicia debido a la acidez de los suelos, pero en esta ocasión hubo mucha suerte. Las suelas y otros materiales orgánicos, como un tronco de árbol, ramas, semillas de melocotón, cáscaras de nueces y castañas, una fuente de madera y fragmentos de cuero trabajado, quedaron depositados sobre la salina existente en esta zona durante el siglo I. El descenso del nivel del mar y la acción del viento fue consolidando este terreno en unas condiciones adecuadas para la pervivencia de estos materiales, que acabaron siendo fosilizados.
Las suelas de las sandalias todavía permiten ver el claveteado de este calzado usado habitualmente por los soldados romanos. Este tipo de calzado era conocido con el nombre de cáliga y se aseguraba en el propio pie y en el tobillo mediante unas correas. Su suela estaba guarnecida de clavos algo sobresalientes que aseguraban la estabilidad de quien las portaba.
Mote de Calígula
Las cáligas dieron el sobrenombre militar al emperador Calígula, diminutivo de cáligas, algo así como «Sandalitas», que teniendo en cuenta el carácter que se gastaba Cayo Julio César Augusto Germánico, a buen seguro que provocó más de un disgusto entre su tropa.
Este hallazgo quedó documentado en la fase VI del yacimiento, que se corresponde contextualmente con la fosilización de la salina altoimperial y su nivelación de suelos en época tardorromana. Es decir, las suelas localizadas pueden tener entre 1.800 y 1.600 años, un amplio espectro cronológico que no ha podido ser concretado más debido a la ausencia de estructuras pétreas en este estrato.
Los arqueólogos encargados de este trabajo sí localizaron diverso material cerámico. Tanto cerámica común, como de transporte, de construcción y terra sigillata hispánica y gálica.
La intervención arqueológica, que todavía sigue su curso en zonas marginales del yacimiento de Rosalía de Castro, proporcionó hasta ocho estratos diferentes, que recorren el terreno desde un nivel de limos y de arena, hasta la época moderna, aunque la propia arqueóloga en su evaluación reconoce que esta secuencia estratigráfica tiene matizaciones puntuales. La intervención arqueológica fue precedida por unos sondeos realizados a comienzos del año 2006 por el arqueólogo Víctor J. Barbeito Pose.
La campaña comenzó el 3 de julio del 2006, con el desmonte mecánico de los restos contemporáneos, y finalizó el 19 de enero del 2007, después de excavar manualmente 1.160 metros cuadrados, repartidos en dos áreas.
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