Un equipo de arqueólogos trabaja en la excavación de Los Berrocales-
Los arqueólogos hallan un depósito de sílex labrado por neandertales
R. FRAGUAS
El cerro Almodóvar, tótem orográfico del sureste madrileño, sigue atesorando sorpresas en su contorno. La última de ellas acaba de aflorar apenas a dos centenares de metros de su base, al otro lado de la carretera que conecta el barrio de Santa Eugenia con Mejorada del Campo. Se trata de un riquísimo yacimiento de utensilios de sílex tallados por aquellos de nuestros antecesores que, hace unos 30.000 años, vivieron sobre estas laderas henchidas de testimonios del paso del hombre por estos predios, hasta hace poco destinados al cultivo, que albergará el futuro Programa de Actuación Urbanística (PAU) de Los Berrocales.
Un grupo de arqueólogos, dirigido por Iván Manzano, bajo la supervisión del catedrático Javier Baena y de Esther Andréu, de la compañía Arqueomedia, con un equipo de hasta 70 operarios de varias nacionalidades, obtuvo el codiciado ajuar procedente de un enorme yacimiento del mineral pétreo allí existente.
De él, no sólo seres humanos del Paleolítico Medio -que tal fue la era en que vivieron los primeros mineros-, sino también los que laboraron estas minas hasta el siglo XIX, extrajeron ingentes cantidades de minerales pétreos o metálicos. Con ellos crearon las lascas primigenias de su paleotecnología o bien obtuvieron los contingentes de óxidos de manganeso que, desde fines del siglo XVIII, suministraron la materia prima a la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro, destruida durante la Guerra de la Independencia.
Todo ello ha convertido a esta zona en una de las más interesantes, mineralmente hablando, del rico subsuelo perimetral del sureste de Madrid. Hoy, la fábrica de la empresa Tolsa, dedicada a la extracción y comercialización de la sepiolita, alza su edificio a dos centenares de metros del yacimiento arqueológico recién descubierto. Es preciso recordar que la Comunidad de Madrid es la principal exportadora del mundo de este material del cual se generan desde excipientes farmacéuticos, a numerosos tipos de áridos para la construcción, camas de gato y hasta espuma de mar.
"La particularidad del nuevo yacimiento paleolítico", explica Iván Manzano, "es que la conservación de los objetos encontrados es realmente extraordinaria, habida cuenta de que no sufrieron los arrastres fluviales de los cursos de agua que surcaron esta zona y que dañaron otros depósitos cercanos". "Lo malo es que, por tratarse de suelos muy ácidos, los restos orgánicos, de animales, plantas o de seres humanos, son casi inexistentes". Empero, para las comprobaciones y dataciones necesarias para la documentación de los hallazgos, se recogieron pólenes que se hallan aún en fase de análisis. La plena fijación de la edad de los vestigios, con el empleo de técnicas de termoluminiscencia para fijar la última radiación solar recibida por aquéllos, puede demorarse entre cuatro y seis meses más de esfuerzo continuado.
El joven arqueólogo muestra en su mano una piedra oscura, cuya contemplación permite ir descubriendo la perfección de sus numerosas facies. Produce una emoción especial saber que su superficie fue sabiamente manipulada mediante un tallaje centrípeto -conocido por los especialistas como técnica Levallois- por seres primitivos, neandertales, aunque lo suficientemente inteligentes como para convertir un informe pedazo de piedra en una versátil herramienta para cocinar, edificar, cazar o guerrear.
"Esta lasca tiene ese color oscuro por contener óxidos de manganeso", explica Manzano, que realiza su tarea por encargo de la Junta de Compensación de Los Berrocales, un futuro Programa de Actuación Urbanística, PAU que se desplegará sobre la enorme área a los pies del cerro Almodóvar. Pese a la importancia de los hallazgos, será difícil establecer aquí un museo, dadas las presiones y necesidades urbanísticas en presencia. "Pero confiamos en que pueda exhibirse lo hallado en una serie de vitrinas que den testimonio de su importancia", explica.
El yacimiento se encuentra en la zona septentrional limítrofe de un gran rectángulo de unas 2.000 hectáreas, dividido en cuatro sectores para la actuación arqueológica previa y preceptiva a toda actuación urbanística en un área de esta naturaleza. En el primero y el segundo sectores se hallaron vestigios de la Edad Moderna y del siglo XIX y en los otros dos, restos humanos y materiales procedentes de la Edad del Bronce -hasta 34 cadáveres-.
Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/madrid/Cerro/Almodovar/ocultaba/rico/yacimiento/paleolitico/elpepiespmad/20081013elpmad_13/Tes
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