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miércoles, 12 de noviembre de 2008

Hallan dos enterramientos medievales en una excavación en Real 90

Escrito por Juanjo Oliva
Dos estructuras óseas completas, los restos de un tercer esqueleto y un apilamiento de huesos largos, aún por confirmar que se trate de un cuarto individuo o bien se corresponda con alguno de los anteriores, fueron desenterradas ayer en su totalidad en el terraplén o ladera situada entre Real 90 y calle Molino. Alfonso Palomo, arqueólogo y especialista en antropología física confirmó que se trata de personas de confesión musulmana debido a la orientación de los cuerpos, hacia la Meca, además de por su posición, de cúbito lateral derecho, es decir, apoyados hacia ese lado, colocación que aún se practica en los enterramiento de esta confesión.
La datación del hallazgo es una incógnita para Palomo ya que no se han detectado otros materiales asociados que permitan identificar las estructuras óseas con algún periodo histórico. José Manuel Pérez, presidente de Septem Nostra y arqueólogo, estima que dataría del siglo XIII y XIV en función de descubrimientos anteriores de similares características.Un primer análisis de las estructuras óseas arroja que se encuentran “muy deterioradas” tanto por su fragmentación como por la humedad. Incluso alguno de los fragmentos, a la intemperie durante un tiempo indeterminado, se han visto afectados por la erosión de los elementos, comentó el especialista en antropología física encargado de la excavación en Real 90.En cuanto a la posibilidad de practicar analíticas a los huesos para determinar posibles patologías sufridas por estos individuos y así trazar tanto hábitos de vida como alimenticios, entre otros aspectos, es descartado por el arqueólogo encargado de la excavación, que dio sus primeros resultados el viernes pasado, ya que se encuentran en mal estado de conservación. El Área de Patrimonio de la Consejería de Fomento, a través de Palomo y Francisco Rosa, auxiliar de arqueología de la empresa algecireña Arqueotectura, procedieron ayer al dibujo y demarcación mediante cintas métricas del yacimiento en el que se han encontrado estos restos humanos. Durante la jornada de hoy, el equipo procederá a la extracción de los huesos y a su traslado al museo de la ciudad para evitar expolios.Los esqueletos serán sometidos a pruebas de osiometría para desvelar las características físicas, tanto de edad como sexuales, de los inviduos enterrados en el terraplén entre Real 90 y calle Molino, además de para concretar si el apilamiento de huesos corresponde a un cuarto individuo o bien es una acumulación de huesos desplazados de las tumbas más definidas que, incluso, “parece que existiera un hueco en este nivel de la excavación en terraza”, añadió Palomo mientras estaba desmpolvando los huesos.La ladera en la que se encontraba el hallazgo se encuentra en una zona en la que existen fragmentos de cerámica de los siglos XVII y XVIII, restos que ya han sido confirmados como posteriores a los enterramientos.
Necrópolis medieval árabe y presencia de conchas rituales
En los últimos 20 años se han sucedido en la ciudad descubrimientos similares a los que trascendieron en la jornada de ayer. José Manuel Pérez, presidente de Septem Nostra y arqueólogo, estimó ayer que los restos óseos localizados en Real 90 pueden corrresponder a la necrópolis medieval de los siglos XIII y XIV, como los hallazgos en los que él mismo ha participado desde hace cinco o seis años en distintos puntos del Monte Hacho. “En un momento de expansión de la ciudad, la vertiente sur fue aprovechada como necrópolis, desde Huerta Rufino, pasando por Punta Almina, el Instituto Camoens e incluso donde se construyen las torres del Sarchal en la actualidad”, explicó Pérez. El presidente de Septem Nostra indicó que las necrópolis musulmanas en el Medievo se sitúan fuera de la zona ocupada, sin embargo, la expansión de la ciudad hizo que se fuera quedando en el interior de la misma, expuso Pérez. “Una peculiaridad muy curiosa es la presencia de restos de conchas rodadas, muy característico de la necrópolis y de carácter ritual.
Confirma que uno de ellos es una mujer
Los restos óseos identificables corresponden a dos personas. Una de ellas, el más pegado a la pared del yacimiento, es de una mujer, adelantó Alfono Palomo, arqueólogo y especialista en antropología física encargado de la excavación. “La forma de la pelvis confirma que se trata de una mujer”, indicó Palomo. La otra estructura ósea, debido a la dimensión de las piezas, también apunta a que se trataría de una mujer.

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