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domingo, 16 de noviembre de 2008

Las icnitas de Peña Sagra

Descubren en la cara norte del Cuernón un yacimiento de huellas fósiles que corresponden a un gran vertebrado que habitó en Picos de Europa en el periodo Pérmico, hace más de 250 millones de años
B. PORRAS / SANTANDEREl ‘Brontopus giganteus’ habitó en Picos de Europa hace unos 250 millones de años, o, al menos, pasó por allí y dejó sus huellas, las de un enorme animal -en paleontología denominado dicidonte, terápsido...-, fijadas en la cara norte de Peña Sagra. Un grupo de expertos en paleontología y arqueología presentó el pasado mes de octubre, en las Jornadas de la Sociedad Española de Paleontología, una comunicación que así lo atestigua, basada en el estudio del yacimiento hallado por casualidad en Peña Sagra por un grupo de excursionistas hace más de doce años.
En la vertiente norte de esta cumbre situada en Picos de Europa se han encontrado un total de 48 icnitas o huellas fósiles, pertenecientes al parecer a un gran vertebrado que vivió hace entre 250 y 300 millones de años, en el periodo Pérmico del Triásico, en la era Mesozoica. Y no es la primera vez que en Cantabria se produce un hallazgo así, pues a solo tres kilómetros al noroeste de ese lugar, en Pico Paraes, se conocía ya un yacimiento similar, aunque las icnitas son más pequeñas.Además, según los especialistas que han analizado estas huellas -Fidel Torcida, del Museo Paleontológico de Salas de los Infantes (Burgos), y Félix Pérez-Lorente, de la Universidad de La Rioja-, las pisadas fósiles de Peña Sagra presentan algunas peculiaridades respecto a otras huellas del periodo Pérmico halladas por ejemplo en zonas de los Pirineos y se asemejan a las encontradas en yacimientos de Francia o Rusia que han sido fechados en esos tiempos. Los paleontólogos han distinguido marcas de manos más largas que anchas (de 28 por 25 centímetros) y marcas de pies más pequeñas, de 16 por 25, es decir, más anchas que largas. De las mediciones efectuadas sobre el terreno -con gran dificultad, ya que los observadores tuvieron que trabajar sobre una roca de fuerte inclinación y en una ladera con una caída casi vertical de 400 metros, todo ello a una altitud de 1.900 metros- se deduce que la secuencia dejada por las manos es más ancha que la que dejan los pies. También es destacable que en las manos se distinguen cinco dedos cortos con uñas y una planta alargada y desviada lateralmente, mientras que los pies presentan forma de media luna con la parte central hundida y dedos cortos.Tras el trabajo de campo, George y Pierre Demathieu, de la Universidad de Borgoña, y Víctor Urién, del Colectivo Arqueológico Salense, se suman al análisis de los datos recogidos. El informe de los expertos pone al antiguo habitante de Picos de Europa de nombre ‘Brontopus’ y de apellido ‘giganteus’, un animal grande -de unos dos metros de longitud, uno de los de mayor tamaño que vivieron en la Península Ibérica en esa edad-, de la familia de los antiguos reptiles que en su evolución darían lugar a los primeros mamíferos, con marcadas diferencias entre las extremidades traseras y las delanteras, estas últimas más fuertes y más separadas. Dejó sus huellas impresas en el barro de una zona encharcada cuyo fondo estaba colonizado por algas filamentosas.La edad de Peña Sagra. El descubrimiento de las icnitas llevaría además a ampliar la edad de la formación de Peña Sagra, de manera que su parte más baja correspondería al Pérmico inferior y la parte más alta, con un espesor por encima del yacimiento aún por determinar, al Pérmico Superior.El ‘Brontopus’ de Cueto Cucón, como se ha denominado al yacimiento de Peña Sagra, sería el primer terápsido cuyas huellas fósiles se han descubierto en España. Las rastrilladas y la asociación de las pisadas indican que al menos fueron dos individuos los que pasaron por allí al mismo tiempo, lo que haría suponer un comportamiento social.
Tomado de: http://www.eldiarioalerta.com/noticia.php?id=5405

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