Foto: Archivo particular
La tumba fue hallada en un terreno en el que actualmente se desarrolla un ambicioso proyecto habitacional de interés social.
Así quedó establecido con las pruebas de carbono 14 a las que fue sometido el hallazgo arqueológico en la Universidad de Salento (Italia).
Esta tumba, hallada en el sector de El Remanso-Guayabal, en el oriente de Pereira, data del año 171 de nuestra era, con un margen de error de 45 años.
Se trata de una tumba de pozo con cámara de cancel o piedra, hallada a 2,5 metros de profundidad por los arqueólogos Carlos Alberto Restrepo y Alexánder Andrés Franco, director del Laboratorio-Museo Arqueológico y Etnográfico de la ciudad.
El hallazgo se produjo en septiembre del 2007, aunque las excavaciones se iniciaron en julio del mismo año, cuando quienes hacían movimientos de tierra en el lugar reportaron el hallazgo de algunas piezas que parecían antiguas.
El lugar es una amplia zona semiurbana, de 800.000 metros cuadrados, en la que se proyecta construir un complejo habitacional de interés social, que tendría 2.000 viviendas.
Las muestras fueron enviadas a Italia en abril pasado, y según Franco sus conclusiones son de incalculable valor, pues aportan nuevos datos que permiten reconocer con exactitud la época de transición en la cual los grupos humanos dejaron de elaborar tumbas de piedra para dar paso a aquellas hechas exclusivamente bajo el suelo.
Se trataría de una de las más antiguas tumbas del eje cafetero y del país, aseguró el arqueólogo.
"La arquitectura funeraria de la región, por razones aún desconocidas, se modificó de forma abrupta entre los siglos II a.C y IV de nuestra era. La época a la que pertenece esta importante estructura funeraria corresponde a la transición entre el periodo preclásico tardío y el clásico temprano o quimbaya clásico, ubicaciones temporales ocurridas entre los siglos II a.C y el IV d.C", manifestó.
Recalcó que el preclásico tardío se caracterizó por el aumento de las densidades poblacionales y el establecimiento continuo de grupos humanos en los ejes ambientales de las cuencas aledañas a los ríos Otún y Consota.
La tumba es una estructura cuyo pozo de acceso fue hecho directamente sobre el suelo y, a su vez, reposa en una vistosa cámara de cancel de piedra. El pozo era rectangular, de 75 centímetros de ancho por 2 metros de largo y 2,5 metros de profundidad, con orientación norte-sur.
El interior de la estructura estaba cubierto de suelo negro hasta el techo. Tenía dos lajas a la entrada, de a tres lajas a los lados; tres como techo; una laja en la parte posterior del cancel y dos como piso. En su interior no había osamentas ni objetos ceremoniales o ajuares funerarios. "Esto hace suponer que para la época ya existían los entierros secundarios", dijeron los arqueólogos.
Franco y Restrepo señalaron que "los hallazgos que desde los años 40 se han registrado en la región muestran al actual territorio de Pereira como uno de los más ricos e importantes para la arqueología del norte de Suramérica. Los materiales arqueológicos que se han recuperado muestran la gran diversidad cultural, ambiental y material de los grupos humanos que por milenios han ocupado estos territorios".
PEREIRA
Tomado de: http://www.eltiempo.com/colombia/ejecafetero/2008-08-14/tumba-que-tendria-1800-anos-encuentran-en-pereira_4445516-1
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